domingo, 27 de agosto de 2017

Implicaciones Administrativas y Pedagógicas en la Educación a Distancia

Por Heriberto Rodríguez Adorno

Introducción
            El contexto social está inmerso en contantes procesos de cambios que han influenciado dramáticamente la cotidianidad del ser humano.  De hecho, la educación vanguardista requiere de nuevos enfoques, estrategias y métodos que contribuyan a lograr un ser humano capaz de responder asertivamente a ese entorno social.  Cabe destacar que, en la función social educativa radica la responsabilidad de atender con efectividad las necesidades de un alumnado inmerso en un mundo dominado por la globalización.  Los intereses de los alumnos, el ritmo de aprendizaje, los variados estilos, sus diferencias de intereses y motivaciones son elementos que presentan la necesidad de repensar el escenario educativo desde distintos aspectos, tanto organizativo como curriculares (Rodríguez, 2004). 
La educación supone el desarrollo de una cultura receptiva a los cambios sociales y con la voluntad y determinación para optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje.  Los escenarios educativos necesitan el desarrollo de una actividad que sea congruente con el entorno social para que se constituya una verdadera transmisión de conocimientos y valores sociales (Unceta, 2008).  En ese mismo aspecto, los cambios generados por la tecnología han influenciado en el ámbito educativo, generando nuevos enfoques y modelos educacionales.  Por lo cual, la educación a distancia ha ido desarrollándose aceleradamente en las últimas décadas supliendo una necesidad educativa.  Según Simonson, Smaldino, Albright y Zvacek en Schlosser y Simonson (2006), la educación a distancia es un proceso educativo formal que contiene varios aspectos, entre los que se destacan:  el estudiante y el docente están separados físicamente; la comunicación es interactiva; y los medios tecnológicos son utilizados para conectar aprendices, investigadores e instructores.  Sin embargo, el proceso instruccional que se lleva a cabo a través de este enfoque educativo debe reunir distintos elementos que puntualizan una educación de calidad.  En ese sentido, este trabajo contiene un análisis crítico sobre distintos aspectos de la educación a distancia, sus implicaciones para la sociedad contemporánea y los elementos necesarios para garantizar una educación de calidad.  El estudio abarcará aspectos relevantes sobre el crecimiento de la educación a distancia y la formación del docente; la elaboración de programas, desarrollo de contenidos y las implicaciones en la educación a distancia.
Crecimiento de la Educación a Distancia y la Formación del Docente
La proliferación de programas de estudios a distancia en los últimos años refleja el nivel de inmersión que han tenido las tecnologías de información y comunicación en la educación.  Sin embargo, no es menos cierto que, aún la educación tradicional mantiene un arraigo en el contexto social.  En este aspecto, Oyeleke, Olugbenga, Oluwayemi y Sunday (2015) exponen que actualmente se desconoce si el aprendizaje a distancia sustituirá la educación tradicional.  De igual manera, los autores plantean la dificultad de establecer qué modelo educativo (tradicional o a distancia) genera mejores resultados.  Ciertamente, es importante replantearse cuán efectivo pudiera ser cada enfoque, tradicional y a distancia, ante los constantes cambios del contexto social.  Sin dudas, no se debe perder de perspectiva que el alumnado actual supone de nuevas estrategias educativas que suplan su necesidad de aprendizaje.  No obstante, esto no quiere decir que la educación tradicional está imposibilitada de lograr una educación de calidad.  De igual manera, se hace necesario establecer que la educación a distancia pretende utilizar los adelantos tecnológicos para canalizar adecuadamente la necesidad de tiempo, espacio y accesibilidad que pudiera presentar el alumnado actual.
            Además, el artículo de Oyeleke et al. (2015) presenta varios aspectos fundamentales sobre la educación a distancia.  En primera instancia, establece cuán importante son las funciones del docente en este modelo educativo destacando las destrezas tecnológicas, pedagógicas y sociales.  En adición, los autores enfatizan que dichas capacidades del docente en la educación a distancia se convierten en un elemento fundamental que permiten que el alumno lleve a cabo una transición adecuada de la educación tradicional al aprendizaje a distancia.  Por ende, es determinante un proceso continuo de formación del docente para potenciar y maximizar un proceso educativo inclusivo y de calidad.  Cónsono con este planteamiento, Torres (2014) establece que “la capacitación de la facultad que enseña en línea es uno de los aspectos más importantes de cualquier programa a distancia”.  (p. 130)  El docente se convierte en un componente crítico para la calidad del programa o curso a distancia y su impacto hacia la participación del estudiante se refleja en un aprendizaje efectivo, el desempeño eficaz de los objetivos, las calificaciones del curso y la satisfacción del propio alumno (Lorenzetti, 2013).
            Ante los retos que enfrenta el instructor en los programas a distancia, es importante resaltar cuán efectivo debería ser su continua formación dirigida a lograr una calidad educativa.  Sobre el particular, Oyeleke et al. (2015) plantean que es fundamental comprender las teorías de aprendizaje pertinentes y la capacidad de identificar los estilos de aprendizaje de los alumnos para evitar colocar en riesgo la calidad del proceso enseñanza y aprendizaje.  Por consiguiente, el alumnado de la educación a distancia necesita de un facilitador (instructor) que brinde apertura a sus conocimientos, habilidades, necesidades, expectativas, dificultades y la disposición de tiempo (Ballester, 2013).  De igual manera, Jerónimo (2003) establece lo siguiente:
“Se considera que la comprensión de los sucesos individuales y colectivos que participan en los procesos de aprender y enseñar harán posible que el docente y el alumno se constituyan en un sujeto pedagógico activo, que contribuya y participe en los procesos de aprendizaje individual y colectivo”.  (p. 11)
Elaboración de Programas de Educación a Distancia
            Por otra parte, Oyeleke et al. (2015) enfatizan en la importancia de comprender varios aspectos esenciales para todo programa educativo a distancia.  Los autores plantean que la ausencia de una verdadera comprensión de las teorías de aprendizaje pertinentes, la incapacidad para identificar estilos de aprendizaje en los alumnos y los pobres diseños instruccionales limita la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje a distancia.  En esa dirección, puntualizan que el proceso de enseñanza es la interacción entre alumno e instructor, mientras que el aprendizaje es el resultado de esa interacción.  En consecuencia, se hace indispensable entender que la diferencia entre la educación a distancia y el modelo tradicional no es simplemente la manera en que los estudiantes adquieren conceptos, sino que la nueva concepción educativa utiliza las tecnologías de información y comunicación para llevar a cabo un aprendizaje colaborativo con sus pares y el facilitador (Sammons, 2003).
            La elaboración de programas o cursos a distancia requieren de distintos elementos importantes para sostener la calidad educativa.  Por tal motivo, Oyeleke et al. (2015) exponen que el diseño del contenido de un curso a distancia debe estar centrado en el alumno y las plataformas digitales deben ser de fácil utilidad y atractivas en su diseño.  Cónsono con los autores, Vigo, Gómez y Ábrejo (2015) establecen lo siguiente:
“El modo de uso de la herramienta mediadora y sus potencialidades determinan la capacidad de la plataforma, la cual deber ser diseñada desde la virtualidad, la accesibilidad y la usabilidad, y de igual forma debe estar soportada en metodologías óptimas para la enseñanza-aprendizaje enfocadas en el alumno como usuario activo y partícipe de la construcción de contenidos”.  (p. 52)
En esencia, las plataformas tecnológicas denominadas “Learning, Managment System” (LMS) son utilizadas para la enseñanza virtual.  En este aspecto, la comercialización de esta herramienta permite que ostente varios nombres y las instituciones educativas las utilizan de acuerdo a criterios económicos y la necesidad de su alumnado.  Para Oyeleke et al. (2015) el diseño de las LMS debe apoyar la gestión del tiempo y la colaboración en el aprendizaje entre alumnos.
Desarrollo de Contenidos en la Educación a Distancia
            Un dato significativo en la educación a distancia es el desarrollo de contenidos.  Cabe señalar que, la creación de contenidos en la educación a distancia requiere de la consideración de distintos factores esenciales para garantizar un proceso enseñanza y aprendizaje de calidad.  De acuerdo a Gorduño (2008), los factores recomendados deben girar en torno a:  1)  establecer los resultados de aprendizaje que se quiere lograr con los alumnos; 2)  el contenido debe dirigirse al desarrollo de estrategias que contribuyan al aprendizaje; 3)  identificar el conocimiento que sea vinculante al estudiante con su entorno social; y 4) la inclusión de métodos de evaluación.  Asimismo, Oyeleke et al. (2015) puntualizan que la planificación, las destrezas de pensamiento crítico y el acceso junto a la motivación son elementos fundamentales para la creación y desarrollo del contenido en la educación a distancia.  Indudablemente, un curso en línea debe proveer elementos importantes que propendan un aprendizaje efectivo.  Es importante la implantación de una excelente planificación que contenga los objetivos, los métodos de evaluación, los materiales que serán utilizados y se determine el método de interacción entre docente y estudiante.  A su vez, el desarrollo de contenido debe proveer el ambiente necesario que promueva el pensamiento crítico y contribuya a lograr una constante apertura para el aprendizaje.
La educación a distancia está respaldada por variados métodos de enseñanza.  Oyeleke et al. (2015) consideran importantes los siguientes métodos:  instrucción sincrónica; instrucción asincrónica; salón virtual; mensajería indirecta; materiales en línea; y reuniones presenciales a través de las plataformas.  Sin dudas, a través de estos métodos de enseñanza el programa o curso a distancia puede llevarse a cabo exitosamente siempre y cuando provean el ambiente para un verdadero aprendizaje.  Para Santoveña (2015), el escenario virtual es “…un entorno educativo flexible, intuitivo y amigable, donde los alumnos aprendan, compartan experiencias y conocimientos con el resto de la comunidad virtual a través de las distintas herramientas de comunicación, contenidos, evaluación y estudio que debe ofrecer”.  (p. 15)  La instrucción sincrónica se define como la transmisión de la información con presencia del docente y el alumno a través de distintos medios:  chats, videoconferencias, reuniones virtuales, entre otros.  Por su parte, en la instrucción asincrónica el docente y el alumno no coinciden y su interacción se basa en foros, correos electrónicos, videos previamente colocados en la plataforma y mensajería por texto.
Implicaciones de los Programas de Educación a Distancia
            Los programas de educación a distancia tienen distintas implicaciones tecnológicas y sociales que deben ser atendidas responsablemente.  En primer lugar, la habilidad del docente en el uso y manejo de la tecnología es fundamental para lograr las metas educacionales propuestas.  De igual manera, las instituciones que desarrollen programas de educación virtual requieren de una planificación financiera que les permita llevar a cabo el desarrollo de esa nueva concepción educativa.  Asimismo, se necesitan objetivos institucionales que guíen el proceso de implantación, desarrollo y sostenibilidad del programa a distancia.  En ese sentido, Oyeleke et al. (2015) plantean que es indispensable un entrenamiento inicial en el uso de la tecnología dirigido al docente y a los alumnos como herramienta de aprendizaje en línea y una enseñanza efectiva.  Los autores, a su vez, puntualizan que se necesita un proceso de financiación para la adquisición de tecnología, personal de apoyo y mano de obra en el establecimiento de programas a distancia.  En términos de las implicaciones sociales, el artículo sostiene que el entorno del aprendizaje virtual se caracteriza por la diversidad entre los estudiantes que participan y requiere que los instructores posean la capacidad de comprender este elemento para garantizar una excelente interacción social.
Conclusión
            Evidentemente, la educación a distancia se ha proliferado aceleradamente.  El fenómeno de la globalización ha contribuido a una marcada influencia de las tecnologías de información y comunicación en el ámbito educativo.  Además, la realidad en la cotidianidad del ser humano manifiesta la necesidad de estructurar nuevos enfoques educativos.  Por ende, se hace imperante la creación de ambientes de aprendizaje virtuales que respondan a las necesidades del alumnado actual.  Sin embargo, es necesario resaltar que los programas a distancia deben estar fundamentados en modelos educacionales cónsonos con los objetivos proyectados por el escenario educativo. 
Además, se requiere conocer de antemano las implicaciones tecnológicas y sociales que trae un programa a distancia en el entorno educativo.  Cabe destacar que, los ambientes virtuales a distancia permiten un mayor acceso educativo a través de la integración de las nuevas tecnologías de información y comunicación.  A su vez, facilita el proceso de aprendizaje con alternativas innovadoras y pertinentes al alumnado actual; y la formación educativa se incrementa a través de un continuo desarrollo profesional a tono con la tendencia tecnológica.
            Finalmente, la educación a distancia apuesta a que el docente contribuya efectivamente a lograr un ambiente educativo inclusivo y participativo junto al estudiante.  Por lo cual, es importante que el instructor virtual sostenga un constante desarrollo profesional que le permita construir un verdadero ambiente de aprendizaje en el que se fomente el pensamiento crítico.  De igual manera, el contenido del programa a distancia debe estar centrado en el alumno.  Para lograrlo eficazmente, se necesita una planificación efectiva que reconozca las metas educativas e integre elementos esenciales que garanticen un proceso de enseñanza y aprendizaje de calidad.  Los escenarios educativos actuales apuestan a la educación virtual como alternativa efectiva de contrarrestar las situaciones como la distancia, tiempo, accesibilidad, entre otros, que presentan los estudiantes actuales.  Por lo tanto, es incorrecto plantear que el propósito de la educación a distancia es sustituir a la educación tradicional.  En efecto, no se trata de una competencia entre dos concepciones educativas, por el contrario, cada enfoque pretende atender unas necesidades particulares del alumnado y ambos tienen como elemento de dirección construir verdaderas comunidades de aprendizaje y desarrollar un ser humano capaz de responder asertivamente a su entorno social.

           


Referencias
Ballester, A.  (2013).  Consideraciones para la elaboración de cursos a distancia “Proyecto
            Nacional de Formación a Distancia del Personal Docente”.  EduSol, 13(45), 1-12.
            Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5678462
Gorduño, R.  (2008).  Contenido educativo en el aprendizaje virtual.  Scielo, 23(14), 15-44. 
Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-358X2009000100002
Jerónimo, J.  (2003).  Una experiencia de Formación de docentes para la Educación a
            Distancia Digital.  Revista de educación a distancia, 8, 1-62.  Recuperado de
            http://revistas.um.es/red/article/view/25521/24771
Courses.  Distance Education Report, 17(17),  4-8.  Recuperado de Professional Development Collection (Accesión Núm.  90201279)
Oyeleke, O., Olugbenga, F., Oluwayemi, O.  & Sunday, A.  (2015).   Changing the Landscape of
Learning: Critical Factors in Open and Distance Learning.  Journal of education and practice, 6(13), 53-61.  Recuperado de http://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1080480.pdf
Rodríguez, R.  (2004).  Atención a la diversidad cultural en la escuela.  Propuestas de
intervención socioeducativa.  Educación y futuro:  revista de investigación aplicada y experiencias educativas, 10, 21-30.  Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2044593.pdf
Sammons, M.  (2003).  Exploring the New Conception of Teaching and Learning in
Distance Education.  En Grahame, M.  & Anderson, W., Handbook of distance education (pp.  387-400).  Mahwah, New Jersey:  Lawrence Erlbaum Associates, Publishers, Inc
Santoveña, S.  (2015).  Metodología didáctica en entornos virtuales de aprendizaje.  Revista
científica electrónica de Educación y Comunicación en la Sociedad del Conocimiento, 2(15), 1-9.  Recuperado de http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/index.htm
Schlosser, L.  & Simonson, M.  (2006).  Distance education:  Definition and glossary of
            terms (2da ed.).  Greenwich:  Information Age Publishing
Torres, M.  (2014).  Las experiencias de la facultad y personal no docente de un programa
de estudios a distancia en Puerto Rico.  HETS Online Journal, 4, 108-147.  Recuperado de Fuente Académica Plus (Accesión Núm.  95738910)
Unceta, A.  (2008).  Cambios sociales y educación:  notas para el debate.  Revista de
educación, 347, 419-432.  Recuperado de http://m.redined.mecd.gob.es/xmlui/handle/11162/72310
Vigo, M., Gómez, M.  & Ábrejo, R.  (2015).  Evaluación de la plataforma virtual EPIC
LMS como sistema de gestión de aprendizaje según estándares de calidad tecnológica y usabilidad.  REICE, 13(2), 51-65.  Recuperado de

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55138743003

jueves, 9 de febrero de 2017

La educación a distancia en las instituciones post-secundarias

Por Heriberto Rodríguez Adorno

La educación es la herramienta fundamental que favorece el progreso, el bienestar social y la formación de los seres humanos.  El quehacer educativo es influenciado dramáticamente por los cambios que produce un mundo dominado por la globalización.  Por ende, es necesario entablar nuevos enfoques y paradigmas que contribuyan a una verdadera atención a las demandas sociales.  Sobre el particular, Rodríguez (2011) plantea que:
“Las sociedades modernas, desarrolladas y equitativas tienen como dimensión prioritaria la educación, ya que es donde se integran y relacionan las personas en función de sus necesidades, los requerimientos de los estados y la exigente sociedad del conocimiento y globalizada…”.  (p. 255)
Evidentemente, la educación ha adoptado nuevos modelos que permiten una inclusión consecuente de las tecnologías de información y comunicación (TIC) como vehículo de transformación en las instituciones educativas.  En ese aspecto, la educación a distancia ha ido cobrando gran relevancia ante la realidad de los nuevos estatutos sociales.  Por lo tanto, en este trabajo se presentarán algunos aspectos que han contribuido a la efectividad de la educación a distancia en las instituciones de educación superior.  Además, es fundamental reconocer los factores que deben ser considerados para lograr varios elementos esenciales:  un efectivo diseño e instrucción; interacción y comunicación; y las cualificaciones del instructor en la educación a distancia.
            El artículo “The role of e-learning, advantages and disadvantages of its adoption in higher education” de Arkorful y Abaidoo (2015) presenta algunas ventajas y desventajas de la adopción e implementación de la educación a distancia en las instituciones secundarias.  De igual manera, los autores analizan las distintas definiciones del “e-learning” desde la perspectiva de varios investigadores y cuál es su rol en el proceso de enseñanza y aprendizaje en las instituciones post-secundarias.  Entre las ventajas de la implementación de la educación a distancia que plantea el estudio de Arkorful y Abaidoo (2015) se destacan:  1) flexibilidad con el tiempo y lugar; 2) amplía la eficacia del conocimiento por el acceso a la cantidad de información disponible; 3) provee oportunidades de relacionarse a través de foros eliminando barreras; 4) es costo efectivo para los estudiantes debido a que evita los viajes; 5) toma en consideración las diferencias de los aprendices; 6) ayuda a compensar la escasez de personal académico; y 7) cada alumno puede estudiar a su propio ritmo.  Sin dudas, la educación a distancia se ha implantado en las instituciones educativas como un proceso dinámico y accesible para la población estudiantil que contribuye a garantizar un quehacer educativo de calidad.  Cónsono con este planteamiento, Martínez (2008) expone que “la educación a distancia es una modalidad educativa que también se puede considerar como una estrategia educativa que permite que los factores de espacio y tiempo, ocupación o nivel de los participantes no condicionen el proceso enseñanza-aprendizaje” (p. 8).
            Por su parte, Arkorful y Abaidoo (2015) exponen cuáles serían algunas de las desventajas de la adopción de la educación a distancia en las instituciones post-secundarias:  1) induce a una falta de motivación provocada por la lejanía y la contemplación; 2) menos efectiva respecto a las explicaciones, clarificaciones e interpretaciones en los cursos; 3) no incide en mejorar las habilidades de comunicación del estudiante; 4) las evaluaciones, pruebas y otros métodos de evaluación pueden ser manipulados; 5) está sujeto al plagio y métodos de selección de información inadecuados; 6) puede afectar negativamente las habilidades de socialización y limitar el rol de los docentes como dirigentes del proceso educativo; 7) existen disciplinas académicas que no pueden utilizarla efectivamente; y 8) puede encontrarse con una congestión de los sitios web por su uso intensivo.  Ciertamente, en todo proceso educativo, sea presencial o a distancia, existen barreras que deben ser atendidas prioritariamente para que el proceso enseñanza y aprendizaje no se afecte negativamente.  Desde la perspectiva de Dorrego (s. f.) frecuentemente en la educación a distancia se le brinda una atención limitada al diseño de la instrucción provocando circunstancias adversas para lograr un aprendizaje eficaz.
Al plantearse las ventajas y desventajas de la educación a distancia en las instituciones post-secundarias en el artículo de Arkorful y Abaidoo (2015), es importante comprender cuál ha sido la clave para la efectividad de la educación a distancia en las instituciones de educación superior.  En este contexto, Cristiano, Castro y Keiko (2016) establecen que en el desarrollo de programas tanto de educación a distancia como de educación regular, es indispensable considerar varios aspectos fundamentales sin perder de perspectiva los principios pedagógicos de la institución:  una planificación minuciosa; organización; coordinación; control de espacio, tiempo y dinero; instalaciones; y personas.  Las instituciones post-secundarias con programas de educación a distancia exitosos han garantizado la consecución de las metas educacionales a través de estos aspectos y la visión de una integración efectiva de las TIC en el proceso educativo que generan. 
A su vez, se hace ineludible reconocer los factores que las instituciones deben considerar para la efectividad del diseño e instrucción, interacción y comunicación y las cualificaciones del instructor en la educación a distancia.  En primer lugar, es fundamental comprender que la educación a distancia debe atender asertivamente las necesidades de los alumnos para que exista cohesión en su implantación y desarrollo.  Así lo establece Concha (2014), puntualizando que “los objetivos y contenidos de la formación de los alumnos de e-learning, deben tomar como fundamento las necesidades de las que se parte en el proyecto educativo para que pueda ser útil y provechoso”.  (p. 118)  De igual manera, es imperante que la interacción y comunicación en la institución debe contar con elementos de efectividad, cercanía, colaboración y retroalimentación eficaz.  Sobre este aspecto, Pérez (2009) plantea que es importante “propiciar la construcción de aprendizajes colaborativos en el proceso enseñanza-aprendizaje, que generen ambientes cuya característica principal sea la cercanía y cohesión del grupo; a partir del diseño de las interacciones, se aminoran las diferencias geográficas y la distancia personal”.  (parr. 1)  Respecto a las cualificaciones del instructor, éstas deben dirigirse a lograr un proceso enseñanza y aprendizaje inclusivo, eficaz y centrado en la adquisición de conocimientos.  Asimismo, es necesario que el instructor brinde apertura a nuevos enfoques educativos que canalice una mayor integración del estudiante en el proceso enseñanza y aprendizaje.  El instructor de educación a distancia debe facilitar el proceso enseñanza y establecer una relación con el alumno que contribuya a la construcción del conocimiento para lograr los objetivos educativos (Anderson y Dron, 2011).
Indudablemente, las instituciones educativas post-secundarias han ido adoptando programas de educación a distancia que facilitan una integración ordenada y efectiva de las influencias del contexto social en los procesos educacionales.  Cabe señalar, que en todo contexto educativo en el que se desarrollan nuevos paradigmas y enfoques existen factores que muestran ventajas y desventajas.  Ante esa realidad, es necesario reconocer cuáles son dichos elementos para atenderlos cabalmente y conjugar procesos adecuados, eficaces y organizados que permitan la implantación de una educación a distancia responsiva a las necesidades de los alumnos.  Sin dudas, las nuevas tendencias sociales incitan a las instituciones post-secundarias a fortalecer los procesos de la educación a distancia.  Así lo plantean Koehler y Kim (2012) al recalcar en la necesidad de programas de formación tecnológica y educación a distancia en una sociedad cambiante y competitiva.  Finalmente, es determinante establecer que las instituciones educativas deben comprender que la efectividad de los programas de educación a distancia está atada a un diseño instruccional que sea cónsono con las necesidades estudiantiles, a una interacción y comunicación efectiva entre docente-alumno y un instructor con las cualificaciones adecuadas que lo conviertan en un verdadero facilitador del proceso enseñanza y aprendizaje.

 Referencias
Anderson, T.  & Dron, J.  (2011).  Three Generations of Distance Education Pedagogy.  The international review of research in open and distributed learning.  12(3).  Recuperado de  http://www.irrodl.org/index.php/irrodl/rt/printerFriendly/890/1663

Arkorful, V. & Abaidoo, N. (2015).  The role of e-learning, advantages and disadvantages of adoption in higher education.  International Journal of Instructional Technology and Distance Learning.  12(1).  29-42.  Recuperado de http://itdl.org/Journal/Jan_15/Jan15.pdf#page=33

Concha, M.  (2014).  E-learning:  La revolución educativa.  Revista Venezolana de Información, Tecnología y Conocimiento.  11(2).  115-125.  Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82332625002

Cristiano, P., Castro, C.  & Keiko, M.  (2016).  Learning management systems (LMS) and e- learning management: an integrative review and research agenda.  Journal of Information Systems and 

Technology Management13(2).  157-179.  Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?

id=203247790001

Koehler, A. & Kim, M.  (2012).  Improving beginning teacher induction programs through distance education.  Contemporary Educational Technology3(3).  212-233. Recuperado de https://web-b-ebscohost-com.nuc.idm.oclc.org/ehost/pdfviewer/pdfviewer?sid=01e5a260-590b-417f-8cdf-

a6d2418078cf%40sessionmgr104&vid=1&hid=105

Martínez, H.  (2008).  La educación a distancia: sus características y necesidad en la educación actual.  Educación.  17(33).  7-27.  Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5057022

Pérez, M.  (2009).  La comunicación y la interacción en contextos virtuales de aprendizaje.UDGVirtual.  1(1).  Recuperado de http://www.udgvirtual.udg.mx/apertura/index.php/apertura/article/view/15/18

Rodríguez, G.  (2011).  Funciones y rasgos del liderazgo pedagógico en los centros de
enseñanza.  Educación y educadores.  14(2).  253-267.  Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83421404003

domingo, 8 de enero de 2017

El proceso de inducción y las relaciones laborales en los escenarios educativos

Por:  Heriberto Rodríguez Adorno

Las instituciones educativas exitosas toman en consideración una serie de técnicas y estrategias fundamentales para recabar la excelencia académica.  Por ello, la capacitación y la motivación en el personal docente desempeñan un rol importante en el entorno educativo.  En este sentido, el desarrollo continuo del maestro debe ser uno de los objetivos institucionales en un ambiente escolar.  El líder educativo debe procurar que los docentes obtengan las herramientas necesarias para lograr un proceso enseñanza y aprendizaje exitoso.  Asimismo, las estrategias educativas deben ir dirigidas a la atención de las necesidades que presentan los alumnos a consecuencia de una sociedad matizada por los constantes cambios.  Sobre el desarrollo docente, Vezub (2007) plantea que:
“El desafío es que los docentes se apropien de nuevas claves de lectura, interpretación y acción que les permitan trabajar en contextos escolares heterogéneos, con problemas sociales y culturales diversos.  Una nueva configuración del trabajo docente, capaz de dar respuesta a la complejidad e impredictibilidad de las situaciones que ocurren en las escuelas y en los salones de clase…”.  (p. 21)
            Ciertamente, uno de los desafíos de la educación se centra en la acogida que le brindan los entornos educativos al nuevo docente.  La inexperiencia puede desencadenar en situaciones pedagógicas desafortunadas tanto para el docente como para el alumnado.  Por lo tanto, se hace necesario formular un proceso de inducción para los maestros que comienzan y así garantizar un quehacer educativo de calidad.  Cónsono con este planteamiento, Colmenárez (2008) expone que:
“…el proceso de inducción de personal aplicado a los miembros de nuevo ingreso, se debe ofrecer como una alternativa de fácil acceso y como significativa oportunidad para agilizar la integración del personal con altas posibilidades de alcanzar los niveles de productividad académica y de investigación deseados”.  (p. 7)
            Por ende, es necesario analizar esa apertura al nuevo docente desde distintas perspectivas de los expertos.  En ese aspecto, Koehler y Kim (2012) en su artículo “Improving Beginning Teacher Induction Programs through Distance Education”, plantean que los primeros años del docente son determinantes para desarrollar su identidad como maestro.  Los autores señalan que los programas de preparación del docente ofrecen muy poca experiencia.  Sin embrago, para Koehler y Kim (2012), es importante los conocimientos que se adquieren en el aula.  El artículo plantea que los maestros necesitan apoyo para enfrentar muchos desafíos en sus primeros años de enseñanza.  De igual manera, Koehler y Kim (2012) exponen que las distintas investigaciones revelan que los programas de inducción diseñados adecuadamente pueden hacer una diferencia marcada en los nuevos docentes.  El artículo, a su vez, revela dos problemas que enfrentan los programas tradicionales de inducción:  1)  el foco principal de estos programas formales de mentoría ocurren fuera del salón y se desconectan de la práctica cotidiana; y 2)  no existe uniformidad en los programas de inducción y varía dependiendo de los recursos que tiene la institución.
            Para vencer esas barreras que impiden un buen programa de inducción, Koehler y Kim (2012) exponen que es necesario proporcionar el uso de tecnología de educación a distancia.  Los autores demuestran que los programas de mentoría e inducción utilizando la tecnología y la educación a distancia, han contribuido sustancialmente a eliminar esas barreras para beneficio del nuevo docente.   Los autores destacan varias ventajas del diseño de estos programas:  1) la experiencia consistente para los nuevos maestros de todas las escuelas; 2) la colaboración profesional y construcción de oportunidades comunitarias con colegiados del mismo campo; 3) el apoyo especializado en enfoques de relación y comunicación, estrategias instruccionales y técnicas de administración; y 4) el formato cómodo y flexible con acceso constante a recursos y apoyo.
            Se desprende del artículo, como tema principal, la importancia de diseñar programas de inducción y mentoría para los docentes nuevos incorporando la utilización de las tecnologías en su modalidad de educación a distancia.  Los autores exponen contundentemente que los programas tradicionales contribuyen limitadamente en esa formación del nuevo docente dificultando sus posibilidades de una integración acertada en la institución educativa.  Más aún, Koehler y Kim (2012) plantean que la uniformidad en el diseño de programas de inducción para docentes a través de la educación a distancia promueve un profesional capaz de atender un estudiantado influenciado por los constantes cambios sociales.  De igual manera, los autores pretenden demostrar las ventajas de dichos programas tecnológicos para los maestros.  A su vez, establecen que la formación docente utilizando tecnologías de educación a distancia, erradican los problemas que presentan los programas de inducción tradicionales.
            En cuanto a la evaluación entre iguales, el artículo de Koehler y Kim (2012) establecen la necesidad de los programas de formación tecnológica y educación a distancia.  Es decir, para uniformar las experiencias compartidas, construir oportunidades comunitarias a través de una colaboración profesional con colegiados del mismo campo y apoyo especializado relacionado a las estrategias instruccionales.  En concordancia con los autores, Keppell et al. en Ibarra, Rodríguez y Gómez (2012) establecen que “es conveniente favorecer el desarrollo de ambientes de aprendizaje auténticos donde se compartan significados y se construya conjuntamente el conocimiento, ofreciendo, además, amplias oportunidades de interacción social”.  (p. 3)  Asimismo, Koehler y Kim (2012) evidencian la importancia de los programas de mentoría, evaluación de pares e inducción a la docencia.  Los autores reconocen que dichos programas son necesarios para aspirar a una educación de calidad.  El artículo puntualiza los resultados que han tenido distintos escenarios educativos a través de la formación de docentes en programas tecnológicos de educación a distancia.
            Indudablemente, el proceso de inducción ayuda al desarrollo de los recursos humanos.  Los nuevos docentes traen al entorno escolar sus conocimientos teóricos.  Sin embargo, es importante la integración a la práctica que surge de las experiencias en el salón de clases.   Por ende, el proceso de inducción es indispensable para el nuevo docente ante los retos que representa las diferencias entre la teoría y la práctica.  En este aspecto, ese desarrollo del personal docente contribuye al fortalecimiento de un ambiente laboral asertivo ante los nuevos enfoques educativos.  Orozco en Colmenárez (2008) define el proceso de inducción como:
“…una fase del proceso administrativo que se pone en práctica en las organizaciones, a través del cual se ofrece al personal de nuevo ingreso la información necesaria para que pueda sin demoras, con confianza y seguridad incorporarse a su puesto de trabajo y contribuir eficazmente en el logro de los objetivos y metas institucionales”.  (p. 7)
            Todo sistema educativo debe diseñar procesos de inducción, mentoría y evaluación de pares.  Este diseño debe estar enmarcado en la igualdad de oportunidades para todos los docentes nuevos.  En efecto, es importante contribuir al fortalecimiento de este proceso a través de varias recomendaciones.  En primer lugar, es indispensable uniformar el acceso a un proceso de inducción para que todo docente nuevo obtenga el conocimiento necesario sin consideración del escenario educativo en el que se encuentra.  De igual manera, la inclusión de la tecnología como herramienta fundamental en dicho proceso puede ser determinante ante los nuevos enfoques educativos.  Asimismo, el artículo de Koehler y Kim (2012) establece que la educación a distancia contribuye a un proceso de inducción igualitario y continuo.  Por ende, es necesario el diseño de programas que utilicen este enfoque educativo fundamentado en formato cómodo y flexible con acceso continuo a los recursos y apoyo de profesionales.  Por su parte, el líder de cada institución escolar debe promover un proceso de inducción que brinde las estrategias instruccionales requeridas al nuevo docente para lograr las metas institucionales.
            Por otra parte, es necesario reconocer que la mentoría entre pares contribuye al fortalecimiento de una relación laboral enmarcada por el respeto y la inserción del nuevo docente a la realidad del escenario educativo.  Sobre el particular, Veláz (2009) expone que la mentoría entre pares “concibe y diseña el desarrollo profesional, y por tanto la fase de inserción, como una parte inseparable del proceso de cambio y mejora escolar”.  (p. 216)  Ciertamente, es importante proveer el espacio para que un docente mentor contribuya al desarrollo de las capacidades del nuevo docente.  De igual manera, se hace necesario una formación del maestro mentor a través de un desarrollo profesional continuo que vaya dirigido a fortalecer sus destrezas y contribuyan a un proceso de inducción efectivo.  Evidentemente, la integración del nuevo profesional al escenario educativo debe contener estrategias que le permitan conocer la realidad de ese entorno escolar, las necesidades particulares de su alumnado y el clima escolar que impera en la institución.
            En Puerto Rico, la Ley 68 “Ley orgánica del Departamento de Educación” establece en su artículo 3.05 que:
“El Secretario establecerá un programa de inducción al magisterio mediante el cual los maestros que posean experiencia orienten, auxilien y sirvan de guía tanto a los que se incorporan por primera vez al sistema como a los que hayan estado fuera del servicio activo por más de cinco (5) años.”
Lo dispuesto en esta ley fue recogido en la carta circular 5-2008-2009 titulada “Política pública y procedimientos para cumplir con los requisitos de la ley NCLB en relación a los maestros altamente calificados”.  Dicho documento legal establece los requisitos para determinar los maestros que están altamente cualificados en cada escuela de Puerto Rico.  Además, expone que el director escolar debe implantar el plan de desarrollo profesional tanto para los maestros altamente cualificados como para los docentes clasificados como no altamente cualificados.  En ese aspecto, los maestros de nuevo ingreso necesitan un proceso de inducción como establece la ley orgánica del Departamento de Educación y el director escolar debe desarrollarlo para garantizar un clima educativo asertivo. 
            El desarrollo de un proceso de inducción para los docentes nuevos debe incluir varios elementos indispensables.  En primer lugar, establecer el comité de inducción del plantel compuesto por tres maestros clasificados como altamente cualificados y el director escolar.  Dicho comité elaborará un plan de trabajo que incluirá las metas, los objetivos medibles, las actividades, los recursos que se utilizarán y la evaluación de cada etapa.  Este plan de trabajo será presentado al personal docente para que los componentes escolares comprendan la importancia de dicho proceso.  De igual manera, es necesario conocer la necesidad existente de reclutar nuevos docentes para determinar cuál debe ser el impacto del proceso de inducción en el entorno escolar.  Asimismo, es imprescindible que el director escolar supervise directamente el proceso que están llevando a cabo los maestros mentores y constatar si el mismo está cumpliendo con el plan establecido.  Finalmente, es necesario que el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula de los nuevos docentes, sea supervisado periódicamente.  De esta forma, se conocerá si el maestro está atendiendo cabalmente las necesidades de su alumnado y se realizarán distintas recomendaciones para un mejor desempeño de sus funciones.
            Ciertamente, el artículo de Koehler y Kim (2012) reconoce el proceso de inducción y mentoría como de gran impacto para todo escenario educativo.  De igual manera, exponen correctamente la necesidad de que todo docente se capacite en sus primeros años a través de programas que no contengan limitaciones.  En ese aspecto, los autores han establecido que el uso de la tecnología en la educación a distancia contribuye a erradicar el problema de acceso a la información ya que ésta modalidad provee recursos sin limitación de tiempo.  Indiscutiblemente, los autores han reconocido la necesidad de recursos que imponen los programas presenciales y la falta de uniformar la capacitación de los docentes en el proceso de inducción.  Sin embargo, el exponente no está de acuerdo con la uniformidad en el contenido de los programas de inducción por varias razones.  En primer lugar, la inducción o mentoría para un maestro deben ser atendidas de acuerdo a las necesidades particulares.  Asimismo, el clima escolar puede ser diferente para cada escuela y es un aspecto influyente en un proceso de inducción.  De igual manera, las necesidades académicas de los nuevos docentes es un punto de partida para la mentoría y puede variar de acuerdo a la institución en la que estudió el maestro.

Referencias
Carta circular 5-2008-2009.  Política pública y procedimientos para cumplir con los
            requisitos de la ley NCLB en relación a los maestros altamente calificados.
Colmenárez L.  (2008).  Proceso de inducción del personal docente del decanato de
            administración y contaduría de la UCLA.  Compendium.  11(20).  5-22. 
            Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=88002002
Ibarra, M., Rodríguez, S. &  Gómez, M.  (2010).  La evaluación entre iguales: beneficios y
            estrategias para su práctica en la universidad.  Revista de Educación.  359.  1-19.
            Recuperado de http://www.revistaeducacion.mec.es/doi/359_092.pdf
Koehler, A. & Kim, M.  (2012).  Improving beginning teacher induction programs through
            distance education.  Contemporary Educational Technology3(3).  212-233. 
Recuperado de https://web-b-ebscohost-com.nuc.idm.oclc.org/ehost/pdfviewer/pdfviewer?sid=01e5a260-590b-417f-8cdf-a6d2418078cf%40sessionmgr104&vid=1&hid=105
Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico de 1990.
Manzano, N., Martín, A., Sánchez, M., Rísquez, A. & Suárez, M.  (2012).  El rol del
            mentor en un proceso de mentoría universitaria.  Educación XX1.  15(2).  93-118.
            Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=70624504002
Vélaz (2009).  Competencias del profesor-mentor para el acompañamiento al profesorado
principiante.  Profesorado.  Revista de Currículum y Formación del Profesorado.  13(1).  209-229.  Recuperado de https://www.ugr.es/~recfpro/rev131ART14.pdf
Vezub, L.  (2007).  La formación y el desarrollo profesional docente frente a los nuevos
            desafíos de la escolaridad.  Profesorado.  Revista de currículum y formación del

profesorado.  3.  1-23.  Recuperado de https://www.ugr.es/~recfpro/rev111ART2.pdf