miércoles, 10 de febrero de 2016

Un aprendizaje para la vida

Por:  Yolanda Ortiz Acevedo

El éxito en la empresa y en la vida depende de un liderazgo eficaz.  Existen varios factores que contribuyen a desarrollar y fortalecer un camino emprendedor para maximizar el liderazgo.  En esta dinámica, expertos en el área, se dan a la tarea de perfeccionar cada día para servir de entes motivacionales a las demás personas y las organizaciones.  Uno de los peritos de la transformación y el cambio en las empresas y en las personas es Robin Sharma.  Sharma se destaca por colaborar en el desarrollo de líderes influyentes y triunfantes en las épocas de cambio.  A través de su libro “El líder que no tenía cargo”, pretende llevar un mensaje de enseñanza para el fortalecimiento del liderazgo; el desarrollo de oportunidades; el secreto de la innovación profunda y la influencia en las demás personas.
La lectura trata de una leyenda reflexiva que promueve la invitación del liderazgo sin importar la posición o estatus de la persona.  Comienza el capítulo aludiendo al éxito y al liderazgo como parte de la condición humana.  Sharma (2011) expone que “todos nosotros nacemos siendo genios; por desgracia, la mayoría de nosotros muere en la mediocridad.”[1]  El autor revela la importancia de fortalecer las convicciones, los valores y el respeto en sí mismos para cultivar el liderazgo y ser exitosos a través de la vida.  De esta forma, resalta la autoeducación como estrategia de supervivencia para enfrentar las adversidades y tiempos difíciles.  Por ende, se desarrollan personas líderes capaces de encarar el mundo con valentía y ahínco.
La fábula inicia con el personaje de Blake quien será el recipiente de principios importantes sobre el liderazgo por parte de grandes maestros.  Blake perteneció al servicio militar y tuvo grandes batallas, incluyendo la muerte de sus padres.  Experimentó momentos difíciles los cuales marcaron su vida.  Aún así, el destino lo ubica a trabajar en una librería a pesar de su actitud negativa y el comportamiento apático.  Sin embargo, aquél lugar representó una nueva oportunidad de realizarse como persona. 
El primer encuentro de transformación que experimenta Blake es con Tommy, una persona de edad avanzada quien le sirve de guía para encaminar su vida y convertirse en su mentor.  A través de Tommy, Blake recibe grandes aportaciones y enseñanzas sobre el liderazgo.  Ante la resistencia de Blake en su actual posición en la librería, Tommy le inquiere reflexiones adecuadas para la motivación y el compromiso genuino.  Resalta que “todos llevamos un líder interior, todos poseemos la capacidad natural para ser líderes y no tiene que ver con un alto cargo, ni con la edad, ni dónde vivimos.”[2]  En este sentido, le enfatiza sobre las posibilidades de dejar un legado; la calidad de trabajo y la excelencia de servicio como estrategias claves en una empresa.  El aporte inicial de Tommy se redujo en tres letras:  LSC, “Liderar sin cargo”.  Sin duda, el mentor de Blake resaltó el liderazgo como parte integral del ser humano en todos los aspectos de la vida.
El mentor conduce a Blake a la autorrealización como persona.  Emprende su primer viaje de aprendizaje sobre el liderazgo con Anna, una empleada de limpieza de uno de los hoteles mejores del mundo de Nueva York.  A través de Anna, Blake recibió el primer principio del liderazgo:  “No hace falta tener un cargo para ser líder.”  La maestra enfatizó en siempre dar lo mejor de uno mismo para crear resultados excepcionales en el lugar de trabajo.  Basó su filosofía en el acrónimo IMAGE, (Innovación, Maestría, Autenticidad, Gran Valor y la Ética).  Con sus postulados, Anna destacó la importancia de la imagen en la empresa concluyendo que: “el éxito del liderazgo se encuentra en la intersección entre la excelencia y la integridad.”[3]
La segunda conversación de liderazgo se centró en el siguiente principio:  “Las épocas turbulentas crean grandes líderes”.  A través de Ty Boyd, un esquiador destacado, Blake aprendió la importancia desafiar los miedos para obtener crecimiento y maximizar el potencial del liderazgo.  Con el acrónimo SPARK (Sinceridad, Priorizar, Adversidad, Responder y no Reaccionar y Kudos (ensalzar)), reconoció la responsabilidad de dominar el cambio e inspirar con la chispa de la energía a los demás.  El mentor puntualizó en la excelencia, en el buen trabajo, proporcionar lo mejor de uno y ser visionario.  Asimismo, el tercer maestro fue Jackson Chan, un jardinero visionario que colaboró con Blake a través de la siguiente enseñanza:  “Cuanto más profundas sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo.”  Chan instó a Blake a liderar sin cargo con pequeños pasos y pronto se convertirán en hábitos.  Utilizó el acrónimo SERVE (Ser Servicial, Escuchar, Relacionarse, Valorar la Diversión y Estimar y Cuidar) para transmitir el mensaje principal de servir a los demás.  Recalcó el valor de todos los componentes de una organización y la fortaleza en el liderazgo.  Finalmente, Jet Brisley, masajista terapéutico, fue su cuarto maestro quien le transmitió el mensaje de:  "Para ser un gran líder, primero hay que ser una gran persona”.  Su aportación giró en torno al acrónimo SHINE (Saber Percibir, Hacer Ejercicio y Cuidar la Salud, Inspiración, Nutrir los lazos familiares, Elevar tu Estilo de Vida).  Jet acentuó en la transformación personal, en brillar y dejar huellas como parte de la aportación de ser líderes. Además, inculcó el interés de perfeccionarse desde el interior fortaleciendo el carácter y los actos diarios.
Ciertamente, el autor destaca que todos los seres humanos son capaces de liderar desde cualquier cargo que ocupen ya que poseen unas capacidades fundamentales.  De hecho, a través del mentor, Tommy censuró la conducta de ser víctima y promovió la ruta hacia la grandeza de un líder.  Este aspecto fue mostrado a través de la vida de Blake cuando recordaba su época de soldado e iniciaba sus lamentaciones por los eventos vividos, los cuales luego visualizó como una ayuda para fortalecerse como persona.  Así también, la enseñanza giró en torno de diversas filosofías para el trabajo y la vida de cualquier persona sin distinciones con las contribuciones de cuatro maestros:  Anna, Ty Boyd, Jackson Chan y Jet.  Sin dudas, el aprendizaje dictó la herramienta LSC, “Liderar sin cargo” como plataforma esencial para abordar el liderazgo, lo cual se basó en la influencia y en hacer lo mejor posible en cada situación.
En primer lugar, el autor demostró que cada persona puede ser un líder sin tener un cargo o posición asignado.  Este principio profundizó en la capacidad que tienen las personas en descubrir los placeres sencillos de la vida a partir del control de los pensamientos y la toma de decisiones correcta.  Asimismo, afianzó el desarrollo del potencial de liderazgo con la implantación de cuatro poderes naturales que promueven las virtudes de las personas, la confianza y la inspiración e influencia en los demás.  Evidentemente, el mensaje principal giró en torno a realzar los trabajos de la empresa con un espíritu de entrega y pasión, sentido de pertenencia y enfoque significativo.
Otro fundamento que transmitió Robin Sharma es la oportunidad de crear grandes líderes en periodos de crisis y caos.  Tal y como expresa el autor “las condiciones duras son oportunidades para convertirnos en héroes.”[4]  En este escenario es cuando el ser humano tiene la oportunidad de traspasar límites, mostrar valentía y desafiar el miedo para hacerse más fuerte como persona.  De esta forma, el liderazgo se enriquece y permite desarrollar destrezas y habilidades en bienestar de la organización.  Por otro lado, es esencial enfrentar los miedos y las limitaciones con el fin de adaptarse a los diversos escenarios.  Por ende, los líderes demandan estar en constante movimiento para expandir las posibilidades y los campos de acción en este mundo de continuo cambio.
Igualmente, es evidente que el liderazgo se fortifica a través de las relaciones y conexiones humanas.  El éxito del mismo se obtiene a través de la transformación de vidas con acciones y ejemplos.  En una organización, todos cuentan, todos son importantes para cumplir a cabalidad con las metas y objetivos proyectados.  El sentido del servicio es importante para lograr la productividad colectiva.  Para ello, se requiere mantener siempre la humildad y la sencillez como seres humanos.
Por otra parte, la última idea planteada por el autor, enfatiza en la importancia de entrenar y fortalecer el líder interior.  Ciertamente, no es posible dar algo que no se tiene en el momento.  Por lo tanto, es esencial fortalecer el liderazgo personal para contribuir a cambiar el mundo.  Es necesario enfocar los nuevos hábitos y acciones en pro de ser una mejor persona.  Se requiere a su vez, constantemente recordar los grandes objetivos que corresponden a las pequeñas acciones y la paciencia continua.
Cada una de las prácticas presentadas por el autor son ricas en enseñanzas.  Más aún, representan una exhortación a aspirar siempre a la perfección comenzando con pequeños pasos que se convertirán en hábitos.   Todos los seres humanos tienen la oportunidad de liderar sin cargo, enfrentando desafíos y las necesidades de la humanidad.  Sólo se requiere el deseo de implicarse y el compromiso de dejar un legado a la sociedad.
Referencia
Sharma, R. (2011).  El líder que no tenía cargo:  Una fábula moderna sobre el éxito en la
empresa y en la vidaNew York, NY:  Vintage Español.



[1] Sharma, R. (2011).  El líder que no tenía cargo:  Una fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida.  pp. 15.  New York, NY:  Vintage Español.
[2] Sharma, R. (2011).  El líder que no tenía cargo:  Una fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida.  pp. 37.  New York, NY:  Vintage Español.
[3] Sharma, R. (2011).  El líder que no tenía cargo:  Una fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida.  pp. 117-118.  New York, NY:  Vintage Español.
[4] Sharma, R. (2011).  El líder que no tenía cargo:  Una fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida.  pp. 124.  New York, NY:  Vintage Español.

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