El éxito en la empresa y
en la vida depende de un liderazgo eficaz.
Existen varios factores que contribuyen a desarrollar y fortalecer un
camino emprendedor para maximizar el liderazgo.
En esta dinámica, expertos en el área, se dan a la tarea de perfeccionar
cada día para servir de entes motivacionales a las demás personas y las organizaciones. Uno de los peritos de la transformación y el
cambio en las empresas y en las personas es Robin Sharma. Sharma se destaca por colaborar en el
desarrollo de líderes influyentes y triunfantes en las épocas de cambio. A través de su libro “El líder que no tenía cargo”, pretende llevar un mensaje de
enseñanza para el fortalecimiento del liderazgo; el desarrollo de
oportunidades; el secreto de la innovación profunda y la influencia en las
demás personas.
La lectura trata de una
leyenda reflexiva que promueve la invitación del liderazgo sin importar la
posición o estatus de la persona. Comienza
el capítulo aludiendo al éxito y al liderazgo como parte de la condición
humana. Sharma (2011) expone que “todos
nosotros nacemos siendo genios; por desgracia, la mayoría de nosotros muere en
la mediocridad.”[1] El autor revela la importancia de fortalecer
las convicciones, los valores y el respeto en sí mismos para cultivar el
liderazgo y ser exitosos a través de la vida.
De esta forma, resalta la autoeducación como estrategia de supervivencia
para enfrentar las adversidades y tiempos difíciles. Por ende, se desarrollan personas líderes
capaces de encarar el mundo con valentía y ahínco.
La fábula inicia con el
personaje de Blake quien será el recipiente de principios importantes sobre el
liderazgo por parte de grandes maestros.
Blake perteneció al servicio militar y tuvo grandes batallas, incluyendo
la muerte de sus padres. Experimentó
momentos difíciles los cuales marcaron su vida.
Aún así, el destino lo ubica a trabajar en una librería a pesar de su
actitud negativa y el comportamiento apático.
Sin embargo, aquél lugar representó una nueva oportunidad de realizarse
como persona.
El primer encuentro de
transformación que experimenta Blake es con Tommy, una persona de edad avanzada
quien le sirve de guía para encaminar su vida y convertirse en su mentor. A través de Tommy, Blake recibe grandes
aportaciones y enseñanzas sobre el liderazgo.
Ante la resistencia de Blake en su actual posición en la librería, Tommy
le inquiere reflexiones adecuadas para la motivación y el compromiso genuino. Resalta que “todos llevamos un líder
interior, todos poseemos la capacidad natural para ser líderes y no tiene que
ver con un alto cargo, ni con la edad, ni dónde vivimos.”[2] En este sentido, le enfatiza sobre las
posibilidades de dejar un legado; la calidad de trabajo y la excelencia de
servicio como estrategias claves en una empresa. El aporte inicial de Tommy se redujo en tres
letras: LSC, “Liderar sin cargo”. Sin
duda, el mentor de Blake resaltó el liderazgo como parte integral del ser
humano en todos los aspectos de la vida.
El mentor conduce a Blake
a la autorrealización como persona.
Emprende su primer viaje de aprendizaje sobre el liderazgo con Anna, una
empleada de limpieza de uno de los hoteles mejores del mundo de Nueva
York. A través de Anna, Blake recibió el
primer principio del liderazgo: “No hace falta tener un cargo para ser
líder.” La maestra enfatizó en
siempre dar lo mejor de uno mismo para crear resultados excepcionales en el
lugar de trabajo. Basó su filosofía en
el acrónimo IMAGE, (Innovación, Maestría, Autenticidad, Gran Valor y la Ética). Con sus postulados, Anna destacó la
importancia de la imagen en la empresa concluyendo que: “el éxito del liderazgo
se encuentra en la intersección entre la excelencia y la integridad.”[3]
La segunda conversación
de liderazgo se centró en el siguiente principio: “Las
épocas turbulentas crean grandes líderes”.
A través de Ty Boyd, un esquiador destacado, Blake aprendió la
importancia desafiar los miedos para obtener crecimiento y maximizar el
potencial del liderazgo. Con el acrónimo
SPARK (Sinceridad, Priorizar, Adversidad, Responder y no Reaccionar y Kudos
(ensalzar)), reconoció la responsabilidad de dominar el cambio e inspirar con
la chispa de la energía a los demás. El
mentor puntualizó en la excelencia, en el buen trabajo, proporcionar lo mejor
de uno y ser visionario. Asimismo, el
tercer maestro fue Jackson Chan, un jardinero visionario que colaboró con Blake
a través de la siguiente enseñanza: “Cuanto más profundas sean tus relaciones,
más fuerte será tu liderazgo.” Chan
instó a Blake a liderar sin cargo con pequeños pasos y pronto se convertirán en
hábitos. Utilizó el acrónimo SERVE (Ser
Servicial, Escuchar, Relacionarse, Valorar la Diversión y Estimar y Cuidar)
para transmitir el mensaje principal de servir a los demás. Recalcó el valor de todos los componentes de
una organización y la fortaleza en el liderazgo. Finalmente, Jet Brisley, masajista
terapéutico, fue su cuarto maestro quien le transmitió el mensaje de: "Para
ser un gran líder, primero hay que ser una gran persona”. Su aportación giró en torno al acrónimo SHINE
(Saber Percibir, Hacer Ejercicio y Cuidar la Salud, Inspiración, Nutrir los
lazos familiares, Elevar tu Estilo de Vida).
Jet acentuó en la transformación personal, en brillar y dejar huellas
como parte de la aportación de ser líderes. Además, inculcó el interés de
perfeccionarse desde el interior fortaleciendo el carácter y los actos diarios.
Ciertamente, el autor
destaca que todos los seres humanos son capaces de liderar desde cualquier
cargo que ocupen ya que poseen unas capacidades fundamentales. De hecho, a través del mentor, Tommy censuró la
conducta de ser víctima y promovió la ruta hacia la grandeza de un líder. Este aspecto fue mostrado a través de la vida
de Blake cuando recordaba su época de soldado e iniciaba sus lamentaciones por
los eventos vividos, los cuales luego visualizó como una ayuda para
fortalecerse como persona. Así también,
la enseñanza giró en torno de diversas filosofías para el trabajo y la vida de
cualquier persona sin distinciones con las contribuciones de cuatro
maestros: Anna, Ty Boyd, Jackson Chan y
Jet. Sin dudas, el aprendizaje dictó la
herramienta LSC, “Liderar sin cargo”
como plataforma esencial para abordar el liderazgo, lo cual se basó en la
influencia y en hacer lo mejor posible en cada situación.
En primer lugar, el autor
demostró que cada persona puede ser un líder sin tener un cargo o posición
asignado. Este principio profundizó en la
capacidad que tienen las personas en descubrir los placeres sencillos de la
vida a partir del control de los pensamientos y la toma de decisiones
correcta. Asimismo, afianzó el
desarrollo del potencial de liderazgo con la implantación de cuatro poderes
naturales que promueven las virtudes de las personas, la confianza y la
inspiración e influencia en los demás.
Evidentemente, el mensaje principal giró en torno a realzar los trabajos
de la empresa con un espíritu de entrega y pasión, sentido de pertenencia y
enfoque significativo.
Otro fundamento que
transmitió Robin Sharma es la oportunidad de crear grandes líderes en periodos
de crisis y caos. Tal y como expresa el
autor “las condiciones duras son oportunidades para convertirnos en héroes.”[4] En este escenario es cuando el ser humano
tiene la oportunidad de traspasar límites, mostrar valentía y desafiar el miedo
para hacerse más fuerte como persona. De
esta forma, el liderazgo se enriquece y permite desarrollar destrezas y
habilidades en bienestar de la organización.
Por otro lado, es esencial enfrentar los miedos y las limitaciones con
el fin de adaptarse a los diversos escenarios.
Por ende, los líderes demandan estar en constante movimiento para
expandir las posibilidades y los campos de acción en este mundo de continuo
cambio.
Igualmente, es evidente
que el liderazgo se fortifica a través de las relaciones y conexiones
humanas. El éxito del mismo se obtiene a
través de la transformación de vidas con acciones y ejemplos. En una organización, todos cuentan, todos son
importantes para cumplir a cabalidad con las metas y objetivos
proyectados. El sentido del servicio es
importante para lograr la productividad colectiva. Para ello, se requiere mantener siempre la
humildad y la sencillez como seres humanos.
Por otra parte, la última
idea planteada por el autor, enfatiza en la importancia de entrenar y
fortalecer el líder interior.
Ciertamente, no es posible dar algo que no se tiene en el momento. Por lo tanto, es esencial fortalecer el
liderazgo personal para contribuir a cambiar el mundo. Es necesario enfocar los nuevos hábitos y acciones en pro de ser una mejor persona. Se requiere a su vez, constantemente recordar
los grandes objetivos que corresponden a las pequeñas acciones y la paciencia
continua.
Cada una de las prácticas
presentadas por el autor son ricas en enseñanzas. Más aún, representan una exhortación a
aspirar siempre a la perfección comenzando con pequeños pasos que se
convertirán en hábitos. Todos los seres
humanos tienen la oportunidad de liderar sin cargo, enfrentando desafíos y las
necesidades de la humanidad. Sólo se
requiere el deseo de implicarse y el compromiso de dejar un legado a la
sociedad.
Referencia
Sharma, R. (2011).
El líder que no tenía cargo: Una fábula moderna sobre el éxito en la
empresa y en la vida. New York, NY:
Vintage Español.
[1] Sharma, R.
(2011). El líder que no tenía cargo: Una
fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida. pp. 15.
New York, NY: Vintage Español.
[2] Sharma,
R. (2011). El líder que no tenía cargo: Una
fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida. pp. 37.
New York, NY: Vintage Español.
[3] Sharma,
R. (2011). El líder que no tenía cargo: Una
fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida. pp. 117-118.
New York, NY: Vintage Español.
[4] Sharma,
R. (2011). El líder que no tenía cargo: Una
fábula moderna sobre el éxito en la empresa y en la vida. pp. 124.
New York, NY: Vintage Español.
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