El
crecimiento y aprendizaje es un tema que ha estado presente en la agenda de las
organizaciones. Se dice que las
organizaciones inteligentes son las que aprenden de su entorno interno, externo
y del conocimiento como parte del capital organizacional. Las instituciones y organizaciones han
adoptado ciertos conceptos por cuatro principales causas: la competencia entre organizaciones; entendimiento
que el conocimiento se puede extraer de la práctica y de otras organizaciones e
individuos; evitar cometer los mismos errores; esfuerzo por fortalecerse a sí
mismos en el menor tiempo posible y menor costo; y mayor acceso a facilidades
tecnológicas. Senge (2000) plantea que
una organización que aprende es aquella donde las personas continuamente están
descubriendo cómo pueden crear su realidad y a la vez cómo pueden cambiarla.
Ramón
Tirado Morueta y Juan Martínez Garrido en el artículo “Creando comunidades virtuales de aprendizaje: análisis del progreso de
las interacciones”, plantearon un problema de investigación basado en la
carencia de interacción y cooperación en las comunidades de aprendizaje. Para este estudio de investigación, los
autores utilizaron y analizaron el proyecto teleformativo DROG@, en el que
estudiantes de España y Portugal se organizan en pequeños grupos de aprendizaje
para formarse como mediadores en la prevención del consumo de drogas. En la revisión de literatura identificaron
rasgos que ayudan a definir las comunidades de aprendizaje: sentimiento de
comunidad; expectativas comunes de aprendizaje; condiciones de apoyo y
confianza; cooperación e interacción; participación respetuosa; discurso
progresivo a través de la construcción de conocimiento; y apropiación mutua. Asimismo, el estudio incluyó como
objetivos: analizar el progreso de las
interacciones producidas en los grupos de aprendizaje constituidos para
identificar los que han llegado a constituirse como comunidades de aprendizaje;
identificar diferentes modelos de progreso de las interacciones a lo largo del
progreso en constituirse en comunidades de aprendizaje; encontrar indicios
asociados al sentimiento de comunidad de aprendizaje; analizar y caracterizar
el factor ¨presencia social¨ en la creación de las comunidades de aprendizaje;
y aportar un modelo de observación directa para el análisis de los procesos de
creación de comunidades de aprendizaje a través de la red de Internet.
Desde
la perspectiva metodológica, la investigación es de naturaleza cualitativa y
finalidad exploratoria y descriptiva. La
muestra es una selección de grupos creados en el proyecto DROG@ y como único
instrumento se realizó el análisis de contenido de la participación registrado
en los foros creados para cada grupo en la plataforma. El análisis y discusión de los resultados del
estudio, los autores, lo dividieron en cinco modelos: crecimiento agudo final,
crecimiento discreto y progresivo; estable con compensación afectiva;
desarrollo irregular con predominio afectivo; y decrecimiento progresivo.
Por
su parte, Campos (2013) en el video “Introducción
a las comunidades de aprendizaje”, expresó que el docente pasa a formar
parte de la comunidad de aprendizaje. Indicó
que el mismo aprende y colabora con los estudiantes y pasa de ser autor de
conocimiento que publica y aporta a la comunidad colectiva. También, expresó que las comunidades de
aprendizaje permiten y alientan el manejo de información, la comunicación, la
creatividad y la colaboración entre sus miembros. Asimismo, fomenta la responsabilidad de que
todos aporten al aprendizaje colectivo y propicia el respeto a las
deficiencias.
También,
se desprende de los materiales didácticos que una comunidad de aprendizaje es
un grupo de personas que se encuentran en un mismo entorno, ya sea virtual o
presencial, y que tiene un interés común de aprendizaje. Esto se basa en la confianza y el
reconocimiento de la diversidad y la disposición para compartir experiencias y
conocimientos. En las comunidades de
aprendizaje el énfasis está concentrado en el proceso de aprendizaje del alumno
mediante la colaboración entre sus miembros.
En ese sentido, el docente desempeña un rol facilitador de la
construcción del conocimiento del alumno.
Ciertamente, el exponente indica que, una comunidad de aprendizaje es
una comunidad hermana organizada que
construye y se involucra en un proyecto educativo y cultural propio para
educarse a sí misma.
Por
otra parte, crear una comunidad de aprendizaje requiere de un líder educativo
capaz. La institución debe contar con un apoyo y un
liderazgo compartido entre sus componentes.
Es necesario partir de un propósito o misión compartida y posee una
clara y firme visión educativa compartida.
En ese aspecto, el líder debe propiciar un ambiente donde los docentes
puedan aprender juntos y crecer de forma continua. Leitwood (2004) plantea las prácticas básicas
de liderazgo: fijar una visión; generar
significados compartidos; crear altas expectativas de desempeño; monitorear el
desempeño de la organización; comunicar; y construir relaciones. Ciertamente, el rol del líder educativo es
asegurar que la institución sea un ambiente de aprendizaje continuo, tanto para
el personal como para los alumnos.
Igualmente,
el rol del educador se encamina hacia el liderazgo activo. Su función, en una comunidad de aprendizaje,
ya no es la de transmitir conocimientos y tampoco ser el jefe o grupo. El educador debe ser un líder que propicie la
actividad de los individuos y grupos que impacta. Debe provocar la participación de sus
educandos. Por consiguiente, debe actuar
primero como persona y después como el experto en materia que enseña. Además, el educador debe promover en el
alumno el crecimiento personal y enfatizar en la facilitación del aprendizaje
antes que la transmisión de información.
En síntesis, el verdadero experto será el que guía, el que mantiene
buena interacción más que un experto en contenido.
“Comunidades de
Aprendizaje”
es un proyecto de transformación de centros educativos dirigido a la superación
del fracaso escolar y la eliminación de conflictos. El planteamiento pedagógico de una comunidad
de aprendizaje es la posibilidad de favorecer el cambio social y disminuir las
desigualdades. El aprendizaje se entiende como dialógico y transformador de la
escuela y su entorno. Senge (2000)
plantea que una organización que aprende es aquella donde las personas
continuamente están descubriendo cómo pueden crear su realidad y a la vez cómo
pueden cambiarla. El entorno de trabajo
es uno de los factores que determinan los procesos organizativos,
administrativos, innovación y cambio en una institución educativa. Las organizaciones han evolucionado pasando
por varias transformaciones: burocrática (1900); basada en desempeño (1950); e
inteligente (2000).
Más
aún, la “Organización Inteligente”
que plantea Senge (2000) aprende a través de personas que aprenden. El aprendizaje individual no garantiza que
ocurra el aprendizaje organizacional, pero no hay aprendizaje organizacional
sin aprendizaje individual. Del mismo
modo, Senge (1990) enfatiza que existen cinco disciplinas en las organizaciones
que aprenden: pensamiento sistemático, dominio personal, modelos mentales,
construcción de una visión compartida y aprendizaje en equipo. Algunas características que se pueden
destacar de éstas organizaciones son: valores
compartidos; sólido y patente respaldo de la alta administración; existencia de
mecanismos y estructuras de apoyo; aprenden de sus experiencias; buscan el
mejoramiento continuo; reconocen el conocimiento del personal más cercano a los
procesos básicos y la importancia de interactuar con ellos continuamente para
activar ese conocimiento; valoran y cultivan el espíritu de trabajo en
equipo. Además, se invierten recursos
para promover el aprendizaje en todos los niveles; se delega autoridad en el
personal para que resuelvan problemas y busquen mejores maneras de hacer su
trabajo; se enfatiza en el desempeño de la organización, tanto a corto como a
largo plazo; la gente no le teme a equivocarse; y sus líderes comprenden que
uno de sus roles básicos es el facilitar los procesos de aprendizaje de los
individuos y los equipos.
Para
desarrollar una organización que aprende, toda la institución debe ser un
centro de aprendizaje, en donde realmente el personal deje la descripción de
sus puestos y aprenda a ver la empresa desde su totalidad y desde su punto de
acción. Al igual que en los deportes, cada jugada puede tener éxito o fallar,
pero de cada una se debe aprender a mejorar o a cambiar e innovarla. Un factor que puede provocar el fracaso de
formar una comunidad de aprendizaje puede ser la falta de motivación y
formación del educador. Si éste no se
convierte en el facilitador del conocimiento, el estudiante no creará su
aprendizaje y el propio educador tampoco aprenderá. Además, se puede identificar como una
controversia en las comunidades de aprendizaje la falta de conocimiento de los
objetivos que se pretenden lograr. Si
los miembros de la organización desconocen hacia dónde se dirige la misma, el
camino al fracaso será seguro. El líder
educativo debe tener presente que todos los componentes de la institución deben
conocer las aspiraciones de ésta.
El
administrador de una institución educativa que funcione como una comunidad de
aprendizaje es responsable de atender las necesidades de todos los estudiantes.
Para que todo niño tenga la oportunidad de ser exitoso, los líderes educativos
deben integrar esfuerzos y reestructurar las escuelas para que respondan a las
necesidades de los estudiantes y crear un ambiente que conduzca al aprendizaje.
Por tal razón, el reto mayor del líder educativo en una comunidad de
aprendizaje es el de construir un ambiente inclusivo. Todo participante debe tener la oportunidad
de ser exitoso. En la medida en que
éstos disfruten el proceso de aprender, mayores serán las probabilidades de que
obtenga los conocimientos que desea. Con
esta premisa en mente, la institución educativa es responsable de proveer
experiencias significativas y retantes para todos los participantes,
independientemente del nivel de escolaridad en que se encuentren. Los líderes
educativos deben integrar esfuerzos con el propósito de reestructurar sus
organizaciones para que respondan a las necesidades de desarrollo de sus
educandos. La meta de esta
reestructuración debe ser el aumento en los logros educativos y la creación de
un ambiente que conduzca al aprendizaje y que prepare al estudiante para el
empleo, la formación familiar y otras responsabilidades de los adultos. Para crear este tipo de ambiente hay que
hacer cambios en la manera de administrar las instituciones, ajustes en el
currículo para atender las diferencias individuales, modificar los roles profesionales
de los educadores y revisar las estrategias para evaluar los logros.
La creación de una comunidad de aprendizaje real e inclusiva requiere
tiempo y esfuerzo. El administrador deberá propiciar interacción entre
estudiantes, personal docente y no docente y los miembros de la comunidad, ya
que éstos son esenciales para el logro de un balance entre la oferta de la
institución educativa y las demandas de los educandos. El líder educativo es responsable de fomentar
la comunicación, la colaboración y la cooperación como parte del proceso de
enseñanza aprendizaje para lograr el ambiente inclusivo esperado.
Referencias
- Campos, Y. (2013). Introducción a las comunidades de aprendizaje. Casa Abierta al Tiempo.
México:
UNAM. Recuperado de
http://www.youtube.com/watch?v=yddk192oYps
- Owens, R. & Valesky, T. (2010). Organizational Behavior in Education: Leadership and
School Reform.
(10ed.). Prentice Hall.
- Senge, Peter M. (2014). La quinta disciplina: Escuelas que aprenden. Bogotá: Editorial
Norma.
- Senge, Peter M. (1990). La quinta disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje. Argentina: Granica.
- Tirado, R. & Méndez, J. M. (2010). Creando comunidades virtuales de aprendizaje: Análisis del
progreso de
las interacciones. Revista de Educación.
353.
pp. 297-328. Recuperado de http://dialnet.unirioja.es
- Velázquez, F. (2008). Conducta organizacional en instituciones educativas: un enfoque
distinto. Puerto Rico: BiblioGráficas