lunes, 15 de diciembre de 2014

La importancia del proceso organizacional en el ambiente educativo

Por Heriberto Rodríguez Adorno


Las instituciones educativas exitosas tienen como denominador común una administración eficiente.  En ese sentido, el líder educativo asegura el buen desempeño de los estudiantes a través de una buena organización, operación de los recursos y un ambiente adecuado para el aprendizaje.  En el caso del director de escuelas, su desempeño es vital para que los procesos organizacionales de su institución la conduzcan al éxito.  Claudio (2008), expresa que los líderes educativos modelan, practican y reflexionan sobre los valores que caracterizan una organización exitosa tales como: excelencia; innovación y mejoramiento continuo; trabajo en equipo colaborativo; respeto; e integridad.
El director de escuelas tiene muchas responsabilidades con su institución.  Sin embargo, es importante destacar que la planificación, la organización y la administración son básicas para su desempeño como líder.  Para que una escuela sea exitosa, el director escolar tiene el deber de implantar una cultura de aprendizaje con la finalidad de lograr los objetivos y metas.  Esa eficiencia administrativa es vital para que la cultura organizacional sea una eficaz.  Además, el director escolar se responsabiliza por la inclusión de la comunidad en los procesos educativos de la escuela.  El autor indica que la integración de la escuela con su ambiente externo contribuye en el proceso de enseñanza aprendizaje, en el aspecto social y a la formación ciudadana.  Manes (1999) propone un proceso para dirigir las instituciones educativas por medio del uso de un conjunto de habilidades administrativas orientadas a alcanzar eficacia pedagógica, eficiencia administrativa, efectividad comunitaria y trascendencia cultural.
 Un clima y una cultura organizacional son determinantes en una institución educativa.  Si éstos son eficaces, el ambiente de aprendizaje estará lleno de éxitos.  En ese aspecto, el líder educativo, (que para la escuela es representado en la figura del director), es esencial en el logro de las expectativas determinadas por la organización.  Owens (2010) define la cultura organizacional como una interacción de valores, actitudes, creencias y conductas que comparten todos los componentes de la organización.  Además, el clima organizacional en el ambiente de trabajo influye en el comportamiento de los empleados.  Likert (1950) expone que el comportamiento de los subordinados es causado por el comportamiento administrativo y por las condiciones organizacionales que los miembros perciben a través de sus esperanzas, capacidades y valores.
Cada escuela tiene su propia cultura de organización.  Likert (1950)  expresa que hay tres tipos de variables que pueden determinar el clima de una organización: estructura organizativa (burocrática o flexible); estilo de liderazgo (autoritario o democrático); y políticas de operación (toma de decisiones por consenso o impuestas).  Por otra parte, Sallenave (1993) desarrolla un concepto de gerencia integral.  El mismo consiste en relacionar todos los esfuerzos en el manejo de una organización para lograr mayor competitividad.  Establece que la estrategia es “estar al tanto de a dónde vamos y cómo vamos a logarlo”. 
Por consiguiente, la Ley Orgánica del Departamento de Educación de P.R., Ley 149 de 15 de julio de 1999, según enmendada establece en su Artículo 2.13 las funciones del director de escuelas.  El mismo le asigna 24 deberes y funciones que buscan que el líder escolar recabe y fomente la participación de maestros, padres, estudiantes y miembros de la comunidad.  Entre los deberes y responsabilidades del director de escuela se pueden destacar el planificar, organizar de manera flexible, dirigir, supervisar y evaluar toda la actividad docente de la escuela bajo su dirección.  Además, bajo la responsabilidad del director escolar está el promover y mantener un clima institucional favorable al proceso educativo que ofrezca producción y seguridad a todos los miembros de la comunidad escolar.  También, se desprende de las funciones y deberes en la ley el que se evalúe la efectividad del proceso enseñanza-aprendizaje utilizando variedad de modalidades. Chiavenato (2004) establece que la administración tiene varias funciones:  planificación, organización, dirección y control.
Por ello, para el líder educativo el proceso de planificar corresponde al establecimiento de objetos a corto y largo plazo para así decidir cómo alcanzar los objetivos.  En la encomienda de organizar, el líder determina cuáles son las tareas que se tienen que hacer.  Además, comprende que dirigir es ejercer influencia en las personas para que contribuyan a cumplir las metas.  Asimismo, establece el control para monitorear y tomar acciones correctivas para garantizar el logro de metas y planes de la institución.
Ciertamente, el proceso de administrar un centro docente es complicado y lleno de retos.  La responsabilidad del director escolar es de gran alcance.  El exponente considera que el líder educativo debe establecer una misión y una visión para su institución y encaminar los esfuerzos hacia el logro de los objetivos trazados.  En ese sentido, todos los componentes de la organización deben participar: estudiantes, padres, maestros y comunidad.  De esa manera, se comienza a tener una cultura organizacional atemperada a la escuela o la institución. 
 Otro desafío para el director de escuela es lograr una eficiencia administrativa.  Igualmente, se requiere un esfuerzo mayor para alcanzar las metas y objetivos con los recursos existentes.  Para esto, el líder debe tener un compromiso de lograr la excelencia reconociendo que se debe ir mejorando cada día más el entorno educativo.  Conjuntamente,  se debe fomentar el trabajo colaborativo, de tal manera que todos en la institución conozcan hacia dónde se dirige el plan de trabajo.  Por ello, es clave que impere el respeto en el escenario educativo para que las diferencias se puedan atender responsablemente y enmarcadas en la visión y misión creadas. 
Por lo tanto, el director de escuela siempre debe recordar que es modelo para los demás miembros de la organización.  Son claves los valores de respeto, responsabilidad, justicia y compromiso que deben resaltar en su desempeño como líder de una institución educativa.  El trabajo a través de su liderato es necesario y en el que depende el desempeño de la escuela.  Es quien inspira a todos los componentes de la institución a un desempeño de excelencia en la responsabilidad que todos tienen de conducir la enseñanza y que se pueda realizar en trabajo de manera objetiva, planificada, sistemática y de calidad.

Referencias
  • Owens, R. & Valesky, T. (2010).  Organizational Behavior in Education:  Leadership and

         School Reform. (10ed.).  Prentice Hall.
  • Ley Orgánica de Departamento de Educación de Puerto Rico, Ley Núm. 149 del 15 de julio

        de 1999.


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