Las instituciones educativas exitosas
tienen como denominador común una administración eficiente. En ese sentido, el líder educativo asegura el
buen desempeño de los estudiantes a través de una buena organización, operación
de los recursos y un ambiente adecuado para el aprendizaje. En el caso del director de escuelas, su
desempeño es vital para que los procesos organizacionales de su institución la conduzcan
al éxito. Claudio (2008), expresa que
los líderes educativos modelan, practican y reflexionan sobre los valores que
caracterizan una organización exitosa tales como: excelencia; innovación y
mejoramiento continuo; trabajo en equipo colaborativo; respeto; e integridad.
El director de escuelas tiene muchas
responsabilidades con su institución.
Sin embargo, es importante destacar que la planificación, la
organización y la administración son básicas para su desempeño como líder. Para que una escuela sea exitosa, el director
escolar tiene el deber de implantar una cultura de aprendizaje con la finalidad
de lograr los objetivos y metas. Esa
eficiencia administrativa es vital para que la cultura organizacional sea una
eficaz. Además, el director escolar se responsabiliza
por la inclusión de la comunidad en los procesos educativos de la escuela. El autor indica que la integración de la
escuela con su ambiente externo contribuye en el proceso de enseñanza
aprendizaje, en el aspecto social y a la formación ciudadana. Manes (1999) propone un proceso para dirigir
las instituciones educativas por medio del uso de un conjunto de habilidades
administrativas orientadas a alcanzar eficacia pedagógica, eficiencia
administrativa, efectividad comunitaria y trascendencia cultural.
Un clima y
una cultura organizacional son determinantes en una institución educativa. Si éstos son eficaces, el ambiente de
aprendizaje estará lleno de éxitos. En
ese aspecto, el líder educativo, (que para la escuela es representado en la
figura del director), es esencial en el logro de las expectativas determinadas
por la organización. Owens (2010) define
la cultura organizacional como una interacción de valores, actitudes, creencias
y conductas que comparten todos los componentes de la organización. Además, el clima organizacional en el
ambiente de trabajo influye en el comportamiento de los empleados. Likert (1950) expone que el comportamiento de
los subordinados es causado por el comportamiento administrativo y por las
condiciones organizacionales que los miembros perciben a través de sus
esperanzas, capacidades y valores.
Cada escuela tiene su propia cultura de
organización. Likert (1950) expresa que hay tres tipos de variables que
pueden determinar el clima de una organización: estructura organizativa
(burocrática o flexible); estilo de liderazgo (autoritario o democrático); y políticas
de operación (toma de decisiones por consenso o impuestas). Por otra parte, Sallenave (1993) desarrolla
un concepto de gerencia integral. El mismo
consiste en relacionar todos los esfuerzos en el manejo de una organización
para lograr mayor competitividad.
Establece que la estrategia es “estar al tanto de a dónde vamos y cómo
vamos a logarlo”.
Por consiguiente, la Ley Orgánica del
Departamento de Educación de P.R., Ley 149 de 15 de julio de 1999, según
enmendada establece en su Artículo 2.13 las funciones del director de
escuelas. El mismo le asigna 24 deberes
y funciones que buscan que el líder escolar recabe y fomente la participación
de maestros, padres, estudiantes y miembros de la comunidad. Entre los deberes y responsabilidades del
director de escuela se pueden destacar el planificar, organizar de manera
flexible, dirigir, supervisar y evaluar toda la actividad docente de la escuela
bajo su dirección. Además, bajo la
responsabilidad del director escolar está el promover y mantener un clima
institucional favorable al proceso educativo que ofrezca producción y seguridad
a todos los miembros de la comunidad escolar.
También, se desprende de las funciones y deberes en la ley el que se
evalúe la efectividad del proceso enseñanza-aprendizaje utilizando variedad de
modalidades. Chiavenato (2004) establece que la administración tiene varias
funciones: planificación, organización, dirección
y control.
Por ello, para el líder educativo el
proceso de planificar corresponde al establecimiento de objetos a corto y largo
plazo para así decidir cómo alcanzar los objetivos. En la encomienda de organizar, el líder
determina cuáles son las tareas que se tienen que hacer. Además, comprende que dirigir es ejercer
influencia en las personas para que contribuyan a cumplir las metas. Asimismo, establece el control para monitorear
y tomar acciones correctivas para garantizar el logro de metas y planes de la institución.
Ciertamente, el proceso de administrar un
centro docente es complicado y lleno de retos.
La responsabilidad del director escolar es de gran alcance. El exponente considera que el líder educativo
debe establecer una misión y una visión para su institución y encaminar los
esfuerzos hacia el logro de los objetivos trazados. En ese sentido, todos los componentes de la organización
deben participar: estudiantes, padres, maestros y comunidad. De esa manera, se comienza a tener una
cultura organizacional atemperada a la escuela o la institución.
Otro
desafío para el director de escuela es lograr una eficiencia
administrativa. Igualmente, se requiere
un esfuerzo mayor para alcanzar las metas y objetivos con los recursos
existentes. Para esto, el líder debe
tener un compromiso de lograr la excelencia reconociendo que se debe ir
mejorando cada día más el entorno educativo.
Conjuntamente, se debe fomentar
el trabajo colaborativo, de tal manera que todos en la institución conozcan
hacia dónde se dirige el plan de trabajo.
Por ello, es clave que impere el respeto en el escenario educativo para
que las diferencias se puedan atender responsablemente y enmarcadas en la
visión y misión creadas.
Por lo tanto, el director de escuela
siempre debe recordar que es modelo para los demás miembros de la
organización. Son claves los valores de
respeto, responsabilidad, justicia y compromiso que deben resaltar en su
desempeño como líder de una institución educativa. El trabajo a través de su liderato es
necesario y en el que depende el desempeño de la escuela. Es quien inspira a todos los componentes de
la institución a un desempeño de excelencia en la responsabilidad que todos
tienen de conducir la enseñanza y que se pueda realizar en trabajo de manera
objetiva, planificada, sistemática y de calidad.
Referencias
- Owens, R. & Valesky, T. (2010). Organizational Behavior in Education: Leadership and
School Reform. (10ed.).
Prentice Hall.
- Ley Orgánica de Departamento de Educación de Puerto Rico, Ley Núm. 149 del 15 de julio
de 1999.
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